Los pilotos de Fórmula 1 están expresando su desaprobación ante la estricta respuesta de la FIA al uso de lenguaje explícito por parte de Max Verstappen en una reciente conferencia de prensa.
La decisión de asignar a Verstappen servicio comunitario por sus palabras ha causado revuelo entre los pilotos actuales. Posteriormente, Verstappen mismo optó por ofrecer respuestas breves durante las conferencias de prensa para cumplir con las regulaciones en forma de protesta.
Durante una sesión de medios privada, Verstappen insinuó que el incidente podría acercarlo más a considerar la jubilación. Sin embargo, otros pilotos han mostrado solidaridad con él a través de la plataforma de la Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA).
Ahora, la GPDA busca recopilar comentarios de sus miembros para formular una respuesta colectiva. El presidente Alex Wurz criticó la penalización desproporcionada por el uso de malas palabras, enfatizando la necesidad de discusiones internas antes de involucrarse con la FIA.
Wurz subrayó la importancia de resolver problemas internamente sin recurrir a la participación mediática, destacando la significancia de permitir a los pilotos expresarse dentro de límites aceptables. Insinuó que las penalizaciones impuestas eran excesivamente estrictas.
La controversia en torno al uso del lenguaje por Verstappen ha generado un debate más amplio, con el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, pidiendo más moderación en la comunicación de los pilotos. El diálogo en curso entre los pilotos y el órgano rector refleja las dinámicas cambiantes dentro de la comunidad de la Fórmula 1.